El coste de la vida universitaria

Uno de los muchos misterios de la universidad, especialmente en el primer año, es cuánto va a costar estar allí. Ya sabes que hay que pagar la matrícula. Pero, ¿cuánto necesitarás para pasar el primer semestre? ¿El primer año?

Esto es lo primero que hay que planificar: los costes iniciales de ser estudiante universitario.

Empezar

Los costes de puesta en marcha suelen ser muy variados, pero un buen punto de partida es el material escolar:

  • Ordenador portátil o tableta
  • Libros de texto
  • Gastos de clase, laboratorio y estudio
  • Material escolar general, como cuadernos y lápices.

Ten en cuenta estas compras si vas a mudarte a una residencia o apartamento por primera vez:

  • Ropa de cama y toallas
  • Muebles como un escritorio, una cama, una cómoda, un sofá o una mesa de comedor
  • Platos, cubiertos, ollas y sartenes
  • Pequeños electrodomésticos como una batidora o una tostadora
  • Comestibles

Puede que ya tengas algunas cosas, como un portátil o ropa de cama. Esto puede reducir el coste de las compras preescolares. Siempre es bueno evitar comprar algo que sólo necesitarás durante uno o dos años. Para que el gasto inicial resulte más llevadero, es aconsejable centrarse primero en lo esencial y, a medida que avanzas, ir comprando los artículos que "está bien tener". Así tendrás suficiente para empezar, pero no tendrás que pagar la factura de todo a la vez.

Costes cotidianos

Atención: Puede que te sorprenda lo rápido que puede desaparecer el dinero si nunca antes has vivido por tu cuenta. La cantidad de cosas que de repente tienes que pagar puede ser abrumadora. Elaborar un presupuesto te ayudará a gastar tu dinero de forma consciente. Considera empezar tu presupuesto dividiendo tus ingresos en tres secciones: necesidades, deseos y ahorros.

Una necesidad incluye las cosas cotidianas o vitales que necesitas para sobrevivir, como la comida, los servicios, los artículos de aseo y la colada. Los deseos son las otras cosas que pueden hacer que tu vida universitaria sea divertida, pero que se pueden recortar en caso de apuro. Cosas como entradas para eventos, comer fuera y otras opciones de ocio suelen entrar en esta categoría. Por último, es aconsejable dedicar cada mes una parte del presupuesto a un fondo de emergencia y a ahorros a largo plazo.

Ser consciente de lo que haces con tu dinero puede animarte a ahorrar y ayudarte a conseguir lo que quieres con el dinero que tienes disponible.

Coordinación con los compañeros de piso

Las universidades suelen facilitar a los nuevos compañeros de piso los datos de contacto de cada uno antes de que empiecen las clases. Si tienes la oportunidad, ponte en contacto con ellos y averigua cómo podéis compartir gastos y evitar duplicar esfuerzos. Así evitarás acabar con dos mini-neveras y sin cafetera.

Momentos turbios con el dinero

Te has gastado un dineral y has comprado un microondas nuevo para tu dormitorio. Pero cuando te presentas con tus cosas el primer día, resulta que en realidad no te permiten tener un microondas en tu habitación. Y, como no guardaste el recibo, no hay forma de devolverlo y recuperar el dinero.

Los recibos pueden parecer una pérdida de tiempo: otro trozo de papel en el bolsillo u otro correo electrónico que atasca la bandeja de entrada. Pero es importante que guardes todos los recibos de las cosas nuevas hasta que te hayas mudado del todo y sepas qué vas a necesitar realmente. De lo contrario, habrás gastado parte de tu preciado presupuesto en cosas que no puedes utilizar.

Costes inevitables

Algunos gastos se fijan en los contratos que firmas, como el del teléfono o el alquiler. Que estos gastos sean iguales todos los meses te favorece, porque puedes planificarlos. Pero si no los pagas todos, al final te quedarás sin teléfono o, lo que es peor, sin alojamiento.

A menudo hay formas de reducir los gastos fijos. Por ejemplo, permanecer en el plan telefónico de tu familia puede ser más barato que tener tu propia cuenta, siempre que el servicio sea bueno en ambos lugares. Añadir otro compañero de piso reducirá tu alquiler (aunque puede que esté un poco apretado).

Otros gastos son variables y cambian de un mes a otro. Con estos gastos, como la comida y la ropa, tienes un poco más de flexibilidad, ya que siempre puedes recortar si te falta dinero. Una buena forma de reducir gastos es tomarse en serio la sostenibilidad. Rellenar una botella de agua es más barato que comprar agua embotellada y mucho mejor para el medio ambiente.

Ser estudiante universitario suele requerir trabajar con un presupuesto ajustado, pero unas elecciones presupuestarias meditadas pueden hacer que sea mucho más fácil cubrir tus gastos y disfrutar de esta experiencia inolvidable.

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