8 CONSEJOS PARA REDUCIR LA FACTURA ALIMENTARIA
Comprar comida es esencial, pero si no tienes cuidado, también puede mermar tu presupuesto.
Todos hemos caído alguna vez en la tentación de cenar en un restaurante caro o de ir al supermercado sin pensar y echar cualquier cosa al carro. Por desgracia, estos gastos se acumulan rápidamente y pueden hacer que tu presupuesto para comida se dispare hasta convertirse en algo insostenible. Si te preguntas cómo reducir la factura de la comida, ten en cuenta estas 8 estrategias.
1. Limitar las comidas fuera de casa
Probablemente sea obvio, pero la comida para llevar, ese delicioso restaurante de ramen e incluso las hamburguesas rápidas "baratas" se acumulan rápidamente. Por eso, una de las formas más eficaces de reducir el presupuesto para comida es ir menos a menudo al restaurante de siempre. Por supuesto, esto no significa dejar de comer fuera por completo. Los restaurantes son culturales, sociales, no son el enemigo. Pero, cuando se trata de tu presupuesto, pueden convertirse en un agujero negro.
¿Con qué frecuencia debes comer fuera? Depende de ti. La clave está en la moderación y el equilibrio. Si no soporta la idea de comer menos fuera, sepa que tendrá que recortar su presupuesto en otras categorías. Recuerde que comer fuera es una de las partidas más importantes de su presupuesto para alimentación, así que piense de forma crítica y detenida cuánto gasta actualmente en restaurantes y cuánto quiere gastar. desea que gastar.
2. Planificar la compra
A todos nos han aconsejado hacer una lista de la compra y ceñirnos a ella, pero ésa es sólo una forma de ahorrar dinero en la tienda. Los cupones, aunque el ahorro parezca pequeño ($0,50 aquí, $1 allá), marcan la diferencia a largo plazo. Además, los supermercados suelen enviar un anuncio semanal; fíjate en él y planifica tus comidas para el día débil en función de los descuentos. Por último, intenta comprar alimentos básicos que sean asequibles y versátiles, como pan, pasta, judías y arroz. Puedes utilizarlos para un montón de comidas diferentes y adaptarlos a tus gustos.
3. Reducir el desperdicio de alimentos
¿Otro cajón de verduras lleno y listo para el cubo de la basura? Desperdiciar comida es desperdiciar dinero. Prueba con productos enlatados o congelados. Duran mucho más y son igual de buenos. Los conservantes se pueden eliminar de los alimentos enlatados, y los congelados no tienen ningún problema. Haz todo lo posible por evitar gastar dinero en alimentos que no vas a comer, y recuerda que las buenas intenciones a menudo pueden allanar el camino a calabacines... y lechugas... y uvas podridas.
4. Comprar a granel
Puedes ahorrar dinero por envase u onza cuando compras a granel. Es una buena estrategia para los alimentos que compras y consumes a menudo. Sin embargo, ten en cuenta que comprar más de lo que realmente vas a consumir no te ahorra dinero. ¿Realmente necesitas 5 kilos de cebollas? Planifica el uso que le darás a lo que compres a granel antes de llevarlo a la caja registradora.
5. Establecer un presupuesto alimentario
Comprar comida sin un presupuesto es como olvidarse el paraguas en un chaparrón: una receta para el desastre. Sin embargo, para crear un presupuesto, tendrás que saber qué es razonable. Para averiguarlo, haz un seguimiento de tus gastos. Al cabo de uno o dos meses, evalúa cuánto gastas realmente en comida cada semana y luego haz un plan. ¿Puedes reducirlo? ¿Cuánto? ¿Qué es factible? Una vez que tengas un punto de referencia, puedes empezar a hacer ajustes. Fíjate un límite de gasto y cúmplelo.
6. Planificar las sobras
Intente hacer comidas copiosas varias veces a la semana, comidas que no podría comer de una vez. ¿Por qué? ¡Las sobras! Las sobras son una forma estupenda de tener comidas y tentempiés listos para llevar en los que no tienes que gastar mucho. Por supuesto, ¡trata de no desperdiciar comida! Pero si te vas a comer las sobras, prepararlas puede hacer que los ingredientes rindan más y que saques más partido a tu dinero.
7. Preparación de comidas
La preparación de comidas no es sólo para los más organizados, en serio, todo el mundo puede hacerlo. Si planificas tus comidas con antelación (o mejor aún, las preparas), tendrás menos probabilidades de comer fuera cuando estés en un aprieto o con poco tiempo. Si esto te parece abrumador, empieza poco a poco. Prueba a preparar la comida la noche anterior o a organizar un cajón específico para los tentempiés más habituales (¿te apetece elegir algo nuevo cada semana?). También puedes ir a lo grande y preparar los ingredientes para una semana de comidas con antelación o crear "comidas para el congelador" que puedas meter en la olla de cocción lenta o en el horno. Cualquier cosa que te funcione es perfecta para empezar, y toda planificación es importante.
8. Prepare su propio café
Muchos estadounidenses necesitan un pequeño refrigerio cada mañana, ¡y eso está bien! Pero los gastos recurrentes, como un café con leche diario, hacen que tu dinero desaparezca exponencialmente. Por ejemplo, el café. Una taza media de café cuesta alrededor de $3. Aunque eso no es mucho por sí solo, un mes entero de 31 tazas te costará aproximadamente $93. Mientras tanto, una bolsa de 12 onzas de granos de café cuesta alrededor de $10 y te da alrededor de 12 tazas de café. Eso significa que gastas unos $0,83 por taza, es decir, algo menos de $26 al mes. Es un gran ahorro a lo largo de varios meses o años. Si lo necesitas, compra también la nata o los aderezos extra. A la larga, ahorrarás dinero.
Unirlo todo
Reducir la factura de la comida es algo que a la mayoría de nosotros nos vendría muy bien y, sin embargo, es uno de los gastos más difíciles de recortar. Requiere un cambio total de mentalidad y mucha más conciencia. Pero, con un poco de esfuerzo, los cambios pueden suponer una gran diferencia. Para saber más sobre las ventajas de reducir la factura de la comida y otros gastos, consulta este artículo sobre El lado positivo de la frugalidad.
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