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CONTROLE SUS GASTOS CONJUNTOS

Ya es bastante difícil llevar la cuenta de tus propios gastos. Así que no debería sorprenderle que la gestión del dinero en equipo ponga a prueba su paciencia, sobre todo si su pareja tiene un método diferente de llevar los registros financieros o, peor aún, si no tiene ningún método.

En cierto modo, hoy le resulta más fácil que a sus padres o abuelos, que sólo podían saber cuánto tenían en sus cuentas corrientes haciendo el balance de su chequera. Esto significaba anotar cada ingreso y cada retirada para sumarlos o restarlos del total. Menos mal que la banca moderna ha evolucionado para hacerlo mucho más fácil.

Hoy en día, conocer tu saldo es tan fácil como consultar tu cuenta en una aplicación móvil, en el ordenador o en el cajero automático.

Pero hacer un seguimiento de los gastos no consiste en darte cuenta de que hoy tienes $300 menos de saldo que ayer. Se trata de saber a dónde han ido a parar los $300 y si ese gasto se ajusta a tu plan.

Herramientas de seguimiento

Si te resulta difícil llevar un control preciso de lo que gastas, un gestor de gastos digital puede serte útil. La mayoría de las funciones básicas de las aplicaciones o sitios web son gratuitas, pero algunas tienen funciones adicionales diseñadas para ofrecer más opciones o información por las que tendrás que pagar.

Merece la pena dedicar tiempo a comparar algunas de las opciones disponibles. Elegir una con la que te sientas cómodo y que presente la información de una forma que tenga sentido para ti marcará una gran diferencia en la utilidad que le encuentres.

Una vez que te hayas registrado, dedica algún tiempo a averiguar qué tipo de información te ayudará más. Por ejemplo, normalmente puedes seleccionar si tus gastos se organizan por categorías o por flujo de caja.

Categoría:

  • Las cantidades que gasta se asignan a distintos tipos de gastos, como la compra o la factura telefónica.
  • Recibirás alertas cuando te acerques al límite que hayas designado para esa categoría.

¿Le parece una buena idea? Echa un vistazo a Mvelopes.

Flujo de caja:

  • Cuando se añade efectivo a tu cuenta, la aplicación deduce automáticamente tus adeudos habituales, como lo que pagarás por la vivienda o los servicios públicos cuando venzan esas cantidades.
  • Cuando realiza compras, esas cantidades también se restan. Así sabrás cuánto dinero tienes realmente disponible para utilizar, no sólo lo que hay en tu cuenta.

¿Es más tu estilo? Mira en Wally.

Aplicaciones

A algunas personas les basta con ver cuánto gastan mensualmente en ropa y calzado para frenar sus compras. Para otros, ver la cantidad disponible para gastos discrecionales es todo lo que necesitan para frenar sus impulsos de gasto. Y para algunas parejas, la información es suficiente para que se den cuenta de que necesitan reducir los grandes gastos fijos, lo que podría significar mudarse a un apartamento más pequeño o alquilar un coche menos caro.

Aunque puede ser una conversación difícil, comparar tus gastos con los de tu pareja puede ser un gran paso adelante para llegar a un acuerdo financiero. Esto es especialmente cierto si compartes los gastos del hogar y cada miembro de la pareja es responsable de categorías específicas.

Probablemente, la característica más controvertida de estas aplicaciones es que la mayoría, aunque no todas, requieren acceso a tus cuentas bancarias, de crédito y de inversión para poder extraer la información que necesitan para hacer un seguimiento de tus gastos. En algunos casos, puedes introducir la información tú mismo, lo que tiene sentido sobre todo si haces muchas compras en efectivo, en lugar de a crédito o débito, que se introducen automáticamente.

La responsabilidad recae en uno de ustedes

Establecer objetivos financieros, desarrollar una estrategia de gestión del dinero y cumplir tus decisiones de gasto requieren un esfuerzo conjunto. Pero eso no tiene por qué ser cierto cuando se trata de controlar los gastos. A la hora de repartir las tareas domésticas, podéis acordar que uno de los dos asuma la responsabilidad principal de controlar los gastos de la cuenta conjunta, pagar las facturas vencidas y confirmar que el saldo sea siempre positivo.

Solucionar problemas

Si resulta que uno de los dos, o los dos, no están siguiendo el plan de gastos que acordaron, ¿qué es lo siguiente? Lo más probable es que estén gastando más de lo previsto en determinados tipos de gastos o que no fueran realistas sobre lo que costarían determinadas cosas.

El mejor primer paso es replantearse las cantidades que has asignado a las distintas categorías. Por ejemplo, si los gastos de transporte son más elevados de lo previsto y no hay forma de reducirlos, ¿puedes acordar recortar lo que gastas en otra cosa? Los gastos fijos son los más difíciles de ajustar. Por ejemplo, probablemente la única forma de reducir el alquiler sea mudarse, y eso conlleva sus propios gastos. Pero otros gastos que son variables, como la comida y el ocio, sí que pueden serlo.

En el peor de los casos, uno de los dos gasta más de la cuenta y no quiere o no puede cambiar. Es un problema al que tendréis que enfrentaros como pareja si queréis tener una relación y un futuro financieros sanos.

Contraseñas de socios

Te han advertido repetidamente que nunca compartas las contraseñas de tus cuentas, pero esa regla no se aplica con tu pareja.

Cada uno de vosotros debe tener acceso a vuestras cuentas bancarias y de inversión conjuntas, a los gestores de gastos digitales y a cualquier otra aplicación financiera que utilicéis para gestionar vuestro dinero. Eso no significa que renuncies a tu intimidad. Pero es un lugar donde no puede haber secretos.

Si busca un gestor de contraseñas electrónico, DataVault Password Manager de Ascendo es una buena opción porque le permite guardar contraseñas y otros datos importantes de forma segura en un ordenador o dispositivo móvil sin que la información se suba a la nube.

Prueba esto:

Lleva un cuaderno (de papel, no digital) con todas las contraseñas que necesitéis para las cuentas financieras. Guárdala en un lugar al que ambos podáis acceder fácilmente, pero que no esté a la vista de cualquiera. También puede ser un buen lugar para guardar información como la ubicación de las cajas de seguridad de los bancos que alguno de los dos haya alquilado y las contraseñas en línea de cuentas domésticas como las de servicios públicos y cable.